¿Cómo son los venezolanos? Una visión parcializada desde mi palco circense


Voy a intentar describir desde mi perspectiva como veo al venezolano actual y desde ese concepto intentar entender, cómo una nación con tantos recursos, ha llegado a estos niveles de miseria social y económica.

Debo aclarar que no soy sociólogo, psicólogo, psiquiatra, antropólogo, filósofo, etc. Por lo tanto tengo algo a favor, no arrastro ningún precepto fundacional en mi ser y solo apelo a mi deteriorado análisis mental basado en su conciencia, racionalidad y pocos valores que aún quedan en mí. (Con tantos ataques que ha sufrido la sociedad –yo dentro de ella-, creo que algún daño deben haberme causado, con su secuela respectiva).

Para empezar debo aclarar que existen dos corrientes que definen el origen del ser humano: una la teoría de la evolución, que argumenta que descendemos de un primate (homo sapiens, o sea somos animales, unos más bestias que otros) y otra más recientes que tira por los suelos la teoría evolutiva de Darwin y que somos productos de una manipulación genética por seres más evolucionados. Ese es otro tema que en este caso queda en segundo plano y tema para otra ocasión.

Volviendo al show, desde mi humilde parecer, el fenómeno venezolano –una especie de síndrome de Estocolmo a la venezolana-, puede suceder en cualquier otra parte del mundo, porque como todo ser vivo tiene en su ADN características propias con defectos y virtudes, pero con ciertos matices y diferencias que responden al espacio-tiempo o momento coyuntural.

Aclaro que este análisis, no es una clase académica ni nada por el estilo, mal haría yo en intentar ponerme zapatos que no sean los míos, es solo un análisis teórico, un ensayo, visualizado desde lo más alto de las gradas del circo, del cual somos parte, y en esta ocasión desempeñando el papel de un simple espectador más.

Debo resaltar que en mi clasificación general no hago diferenciación de clases, profesiones, ni de niveles económicos o intelectuales porque son estratos que para el tema, en nada influyen o simplemente reflejan lo mismo, son vacuos.

Le he dado vueltas a la mollera incansablemente tratando de entender, comprender, que hay dentro de cada ser, en sus respectivos grupos y después de tantos devaneos, desvelos y ahogar mis penas en agua –porque para alcohol o vino, no me alcanza el bolsillo, a duras pena me alimento– he llegado a la siguiente conclusión:

Yo clasificaría en este momento a este grupo sudamericano, en tres sectores muy marcados y diferenciados: Los chavistas, los ni-ni y la oposición. Y dentro de cada grupo existen sus respectivos subgrupos.

Ahora intentare separar la paja del trigo en cada grupo.

SECTOR 1 – Los chavistas

En este grupo coloco a todos los seguidores enfermizos de esta “ideología” y tratando de entender su pensamiento los dividiría así:

  1. Los que poseen cargos de dirección,
  2. Los oportunistas (con botas o sin ellas),
  3. Los jala-bolas o mama-huevos y los zombis (cha-bestias)

Ahora vamos a descifrar uno a uno estos sectores.

1.- Los que poseen cargos de dirección

Son aquellos que imponen las ideas de base de su ideología y buscan un fin, el control absoluto del poder, sobre el resto de mortales a su alrededor, sin importar cómo, para ellos el fin justifica los medios.

Su motivación principal es el poder y control físico y económico, con el cual pueden mantener la sumisión y la compra de conciencia. Se entiende y justifica quizás su accionar porque viven y disfrutan de sus logros, no son nada humildes y cada vez que pueden hacen gala de esa condición. Son los que prostituyen o pregonan reiteradamente el verbo, la palabra, tantas veces que ya de oírlas cansan y causan repulsión o molestia (daña la psiquis, la gramática, así como al idioma).

Gritan a toda voz “patria” “pueblo” y son los que menos la sienten y tienen. Dicen luchar por la igualdad y son los más grandes creadores de diferencias. Atacan la riqueza y son los más grandes acumuladores de riqueza sin habérsela trabajado. Hablan de amor y paz y son los más recalcitrantes opresores en la sociedad que manejan.

2.- Los oportunistas

Son todos aquellos que sin ideología o patria en sus venas,  aprovechan la oportunidad para lucrar y sacar ventaja, no tienen bandera, les da lo mismo estar en un bando como en otro, su único objetivo es sacar ventaja y acumular poder y dinero para disfrutarla. También son los primeros en abandonar el barco, por si este comienza a filtrar agua, ratas al fin y al cabo y se ponen a buen recaudo.

Estos dos primeros sectores tienen algo en común, sus escasos valores y principios (los pocos que les quedan los tiran por el retrete y simplemente jalan la cadena) por eso siempre van de la mano (uña y mugre), y no tienen reparos en vivir en el imperio o sociedades que critican ideológicamente, pero que les brinda la comodidad o calidad de vida que ellos “se merecen”, contrastando el modelo de vida que imponen a su pueblo.

3.- Los jala-bolas o mama-huevos y los zombis

Dos sectores que convergen pero tienen cierta diferencia, mientras que los jala-bolas o mama-huevos, son parásitos que solo les basta estar cerca de cualquiera de los grupos 1 y 2 para sentirse importantes o poderosos sin tener esa condición, seguidores fieles con la esperanza de subir de nivel y disfrutando de vez  en cuando alguna dádiva de sus idolatrados amos.

En cambio los zombis son los más difíciles de entender y comprender ya sea por su naturaleza o por lo atrofiado de su cerebro. No disfrutan absolutamente de nada y padecen las mismas miserias que sus amos imponen a toda la sociedad. Creo que solo actúan por el olor que expelen sus compañeros ideológicos y los siguen a muerte, sin ellos mismos entender por qué lo hacen  (tal como lo han retratado los guionistas en las diferentes series o películas creadas sobre esos seres). No hacen absolutamente nada por cambiar su situación, análogos de especies reptiloides, que solo obedecen ese instinto inoculado en su mente.

Aquí tienen mucho trabajo los especialistas en la materia, para investigar el porqué de esas actitudes, sociólogos, psicólogos, psiquiatras, antropólogos y todos los especialistas que terminen en logos, habido y por haber (Sigmund Freud estaría encantado de poder estudiar esta especie).

SECTOR 2 – Los NI-NI

Es ese grueso grupo que permanece en el limbo, ni se definen, ni se deciden actuar (ni-ni). Están en todas partes o estratos de la sociedad, un grueso de ellos reconocen la gravedad de la crisis y de los peligros que ello encierra, pero permanecen impávidos, perdidos, indecisos, sumidos en sus propios miedos, paradigmas, conciencias, temores, taras, etc.

Algunos no hablan, ni comentan, otros hablan y exageran en exceso, pero siguen sin mover un dedo en busca de solución alguna, solo esperan que aparezca un mesías, un líder,  un súper héroe y los libere de su desdicha y miseria.

Otros piden a gritos calle y rebelión, pero permanecen refugiados en su estrechez mental, en su nube, sin exponerse a nada. Otros aceptan y ruegan la intervención divina o extranjera, oran a todos sus santos y dioses esperando el milagro redentor.

Aquí también habitan esos desertores del chavismo a quienes la crisis les golpeó el bolsillo y los hizo recular sobre sus ideales socialistas.

Aquí también están los faquires que aguantan: interminables “colas sabrosas” con lluvia o sol, largas esperas  de días, horas o meses  la llegada de la bendita bolsa del clap, esos que argumentan que todos tienen derecho a esa imaginaria ideota del régimen, incluso se declaran opositores arrechos pero que tienen derecho a recibir su bolsa clap. Este grupo es capaz de soportar eso y más, pero no son capaces de salir a protestar siquiera una hora, contra todos los maltratos que recibe.

Son los “cómodos” del país esperando el desenlace de los acontecimientos para decidir en qué lado acomodarse, sin darse cuenta que agonizan lentamente.

SECTOR 3 – La oposición

En este grupo están todos los que se oponen al sistema impuesto, aquí habitan mezclados:

  • Cierta clases de políticos (los que esperan sacar ventaja en un futuro próximo, los calculadores, los que aún creen en sus principios y credos),
  • Infiltrados y topos, inescrupulosos y mercenarios que sirven al aparato de inteligencia del régimen y traidores que llegado el momento cambian de bando.
  • Escuálidos, descontentos, amargados, estudiantes, los que tienen claro sus ideas, los que saben que solo el trabajo les abrirá el progreso, los defensores de sus derechos y libertades, los que ya no aguantan más la situación, los que no tuvieron otra alternativa que salir del país pero que anhelan regresar.
  • Chavistas reinventados o arrepentidos a quienes el bolsillo rasgado y el estómago vacío, los volvió a su realidad.
  • Y otros que sin ser oriundos, viven y padecen la coyuntura de este infierno rojo inventado por cierto líder de letrina eterna, personajes de otras culturas y naciones que apostaron por su desarrollo en estas tierras, basadas en el trabajo digno.

Conclusión

Como podemos ver en esta selva salvaje, hay toda clases de animales, bestias y bichos raros para todos los gustos (no me refiero a los nuevos géneros creados o inventados, que son muchos y el nombrarlos ocuparía mucho espacio, con el riesgo de caer en desgracia, si olvido nombrarlos).

Esta es la humilde visión desde mi palco, ahora ubique usted en qué grupo se siente más cómodo y decida si vale la pena o no luchar para desterrar esa robo-lución sucia-lista boli-burguesa, instaurada en chavilandia o continuar revuelta en ella.

Podemos discrepar pero no enemistar, –pido las disculpas del caso si alguien se siente tocado– el debate está abierto por si desea refutar algún lapsus o agregar o quitar algún término, mal usado o empleado en esta disertación pueril.

Estoy a la orden.

26/12/2016

Pablo Pueblo

 

 

 

 

 

 

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